Origen de
la Navidad
INTRODUCCIÓN
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Este estudio no ha
sido hecho con el egoísta propósito de polemizar, sino que motivado bajo el
deber de pregonar la verdad pura de Las Santas Escrituras, sin tradiciones,
ni mixturas de costumbres diametralmente opuestas a la voluntad de
Dios. Tampoco significa una postura dogmática frente al tema, solamente
es un llamado a considerar la suficiente luz que la Biblia entrega frente a
esta celebración a la cual “todo el mundo” se hace parte.
Que la gracia de Dios nos dé luz y sumisión a su Palabra y que nos ayude a hacer lo que es agradable a sus ojos. |
HISTORIA
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En primer lugar, debemos
entender y aceptar que la Navidad no tiene su origen en el cristianismo puro,
sino que en el paganismo de Babilonia aproximadamente 2600 años a.C.La
historia relata que en aquel entonces existía una reina llamada SEMIRAMIS en
cuyo vientre crecía su hijo TAMUZ, que según aquella religión, habría
concebido virginalmente.
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El Origen de
la Navidad – El Nacimiento del Mesías Predicho
El origen de la Navidad empieza con las predicciones del Cristo a través de muchos siglos antes de Su nacimiento. “No será quitado el cetro [un símbolo hebreo de la autoridad gubernamental] de Judá, Ni el legislador de entre sus pies, Hasta que venga Siloh [hebreo, el “Mesías”]; Y a él se congregarán los pueblos.” Génesis 49:10; “Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad.” Miqueas 5:2; “Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel [literalmente, “Dios con nosotros” en hebreo].” Isaías 7:14; “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.”
El origen de la Navidad empieza con las predicciones del Cristo a través de muchos siglos antes de Su nacimiento. “No será quitado el cetro [un símbolo hebreo de la autoridad gubernamental] de Judá, Ni el legislador de entre sus pies, Hasta que venga Siloh [hebreo, el “Mesías”]; Y a él se congregarán los pueblos.” Génesis 49:10; “Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad.” Miqueas 5:2; “Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel [literalmente, “Dios con nosotros” en hebreo].” Isaías 7:14; “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.”
Entre
las fiestas que explican el misterio de Cristo, fuera del ciclo pascual tenemos
las fiestas de Navidad y Epifanía. Hoy existen con dos nombres diversos: la del
25 de diciembre, Navidad y la del 6 de enero, Epifanía. La distinción y
coexistencia de ellas data de finales del s. IV y principios de s. V.
Al
principio, en la primera mitad del s. IV las dos fiestas eran una única celebración
de Encarnación del Verbo, pues mientras este misterio se celebraba en Oriente
el 6 de enero con el nombre de "Epifanía", en Occidente el Natalis
Domini(nombre que le daban en Roma) era celebrado era el 25 de diciembre.
El día
de Navidad aparece en Roma en el documento llamado Cronógrafo Filocaliano que
data de 336. Tratándose de un calendario litúrgico parece cierto que la
indicación no sea una simple muestra histórica sino el dato de una fiesta en
cuanto se considera que las demás fiestas parten del 25 de diciembre.
Fuera de Roma, en África, el nacimiento es atestiguado ya por Optato de Milevo (360
A.D.) festejando también la adoración de los magos con la fiesta del 25 de
diciembre. En Oriente la fiesta del nacimiento comienza a aparecer al final del
siglo IV, En el 380 Gregorio Nacianzeno la introduce en Constantinopla (In
Sancta Lumina, PG 36, 349). Un discurso tenido el 20 de diciembre por San
Juan Crisóstomo, en ese tiempo sacerdote de Antioquía, nos informa que la
primera vez en el año 386 se celebra el nacimiento en aquella ciudad el 25 de
diciembre como fiesta distinta de la Epifanía (del 6 de Enero) que era una
fiesta venida de Roma.
Pero
¿realmente el nacimiento de Cristo fue el 25 de diciembre? Según la tradición
que encontramos en el tratadoSolstitis et aequinoctitis (s. IV)
Jesús sería concebido en el mismo día y mes en que sería muerto, o sea el 25 de
marzo; por lo tanto el nacimiento caería el 25 de diciembre. Mas esta tradición
parece que no está en el origen de la fiesta y más bien sería una tentativa de
explicación sobre una base de misticismo astrológico muy en boga en ese tiempo.
Otra
explicación que históricamente parece más probable es la que ve en la fiesta
del nuevo sol, o sea la Natalis Invicti, como se decía entonces. El
culto al sol estaba en gran auge por el mitracismo y fue de una última gran
ofensiva contra el cristianismo precisamente en el siglo IV. Así fue un gran
honor para los emperadores del siglo tercero, entre ellos Aureliano, quien
erigió un gran templo en honor al sol en Roma en campo Marcio, teniendo como
símbolo el sol, por la gran ofensiva continuada bajo Aureliano el Apóstata
(335). La fiesta por excelencia del sol fue así el solsticio de invierno en
cuanto representaba la anual victoria del sol sobre las tinieblas y caía el 25
de diciembre.
El
cronógrafo (el 354) señala el nacimiento de Cristo, el 25 de diciembre en el
mismo día que el calendario civil señalabaNatalis Invicti.
Inspirada por las escrituras y por las circunstancias ambientales, la simbología de
la luz y del sol como referencia a Cristo fue muy desarrollada y consagrada por
los cristianos. Podemos citar algunos textos bíblicos como el salmo 18 "Ha
hecho del sol su morada", "resurgirá para nosotros el sol de
justicia" (Mal 4, 2), "Vendrá a visitarnos el sol, símbolo de Cristo
y el mismo rezar vueltos hacia el oriente estaba difundido entre los cristianos
en el momento en que se celebraba el nacimiento astronómico del sol, en
presentar también al verdadero sol: Cristo.
San
Jerónimo queriendo explicar que el nacimiento de Cristo debe ser celebrado el
25 de diciembre dice: "Hasta aquel día (25 de diciembre) crecen las
tinieblas y desde aquel día disminuye el error y viene la verdad. Hoy nace
nuestro sol de justicia" ( Sermón, in Anecd. Mared III 2, 297). Y San
máximo de Turín (mitad del s. IV) afirma: "Es un cierto Y tiene razón en
este día el nacimiento de Cristo vulgarmente dicho el nuevo sol ... Con gusto
aceptamos este modo de hablar porque con el nacimiento del Salvador resplandece
no sólo la salvación del género humano, sino también la luz del sol"
(Sermón 2, PL. 57, 537).
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