Introducción
Los
valores cívicos son los que facilitan la correcta relación en el ámbito de la
vida interpersonal, ciudadanay social. Se exigen a cada persona, pero están en
relación con los demás. Los valores morales siempreperfeccionarán al hombre,
las acciones buenas como servir honestamente, decir la verdad y actuarsiempre
pensando en el prójimo, jamás podrán contradecir el camino hacia la perfección.
Los valoresespirituales son aquellos que nos dan la relación Dios-hombre, lo
que le da misticismo a la existencia delser humano, los valores espirituales perfeccionan
al hombre en un valor superior que el que puedenofrecer los valores cívicos o
morales.A continuación presento algunos valores cívicos, morales y espirituales
que todos los seres humanosdeberíamos empezar a cultivar.
LOS VALORES
La
tolerancia, la cooperación y la responsabilidad son algunas de las actitudes
que favorecen una convivencia social armónica, también existen mecanismos para
trasmitirlas y hacerlas valer.
Uno
de ellos son las normas de comportamiento, las cuales existen para guiar el
comportamiento individual y grupal de una colectividad; sin ellas, se genera
desorden porque cada cual actúa según sus propios deseos, aspiraciones e
intereses, sin importar los del resto del grupo. Por ello, a lo largo de la
historia de la humanidad, se han establecido leyes para regular la conducta de
los individuos y garantizar la convivencia cordial y el bienestar colectivo.
Así,
dentro de cada familia existen normas de comportamiento, como: asearse antes de
sentarse a comer, no gritar ni provocar alborotos dentro de casa y cumplir con
ciertos deberes, entre otras. Estas normas hacen posible la convivencia y la
satisfacción de las necesidades del grupo familiar. El no cumplirlas acarrea
sanciones, las cuales son diferentes en cada familia.
En
muchas ocasiones no se recibe una sanción legal o administrativa cuando no se
actúa conforme a las normas sociales de comportamiento; por ejemplo: por no
ayudar a cruzar la calle a un invidente no es motivo de cárcel o multa. Sin
embargo, quien actúa así es mal visto o, incluso, rechazado, por el grupo o los
grupos a los que pertenece.
También
existen las normas de comportamiento jurídicas, es decir las leyes, que regulan
los deberes y obligaciones entre individuos y entre éstos y las autoridades, y
además establecen los límites de la acción del gobierno. Su utilidad consiste
en evitar que los individuos hagan daño a los demás.
Una
característica de las leyes es que indican de forma precisa las sanciones para
el infractor, por lo cual existen autoridades e instituciones encargadas de
vigilar su cumplimiento. Algunas normas jurídicas son: pagar impuestos,
respetar las señales de tránsito y respetar la integridad física y la propiedad
terceros, entre otras.
El
orden y la paz entre los individuos no son resultado del azar o de fuerzas
sobrenaturales, sino de la necesidad que tienen los humanos de vivir en
sociedad. Todos saben que hay cosas permitidas y otras prohibidas.
El
cumplimiento de las leyes se debe —además del temor a una sanción— a que existe
algo que impulsa al individuo a comportarse de manera respetuosa en sociedad:
los valores cívicos. Éstos tienen que ver con la forma de relacionarse con
otros; sin embargo, a diferencia de las leyes y de otras normas de
comportamiento, los valores
cívicos
permiten actuar correctamente en sociedad porque el convencimiento de que así
debe ser y no porque una ley lo mande u otra norma lo indique.
Los
valores cívicos —al igual que las normas de comportamiento— son transmitidos de
generación en generación a través de la educación. Gracias a ello, los seres
humanos distinguen lo apropiado de lo incorrecto y anticipan las consecuencias
de sus actos, de esta forma pueden participar responsablemente en la búsqueda
del bienestar colectivo.
LIBERTAD
A
diferencia del resto de los animales, los seres humanos tienen la facultad de
elegir e inclusive inventar su forma de vida. Pueden optar por lo que les
parece conveniente frente a lo presuntamente inadecuado. Sin embargo, el hacer
uso de la libertad implica responsabilidades personales y ante los demás.
La libertad es uno de los valores más importantes de la
democracia y consiste en poder actuar por convicción propia, sin interferencias
ni amenazas; por ejemplo: todo ciudadano es libre de votar por el partido
político que prefiera, de trabajar en tal o cual empleo, de formar o no una
familia, etc. Es decir, la libertad es la posibilidad de elegir entre diversas
opciones sin estar sujeto a sanciones, amenazas o impedimentos. Para ejercer la
libertad es necesario pensar de manera crítica, reflexiva e independiente, los
motivos que impulsan a proceder de tal o cual forma y las consecuencias de
ello.
Si todos los miembros de una colectividad
se comportaran sin importarles las consecuencias, se provocaría el caos; por
ello, no puede existir una libertad absoluta. La libertad individual se limita
para no afectar los derechos de los demás.
IGUALDAD
Con
frecuencia se dice que todos los seres humanos son iguales. Sin embargo, si es
cierto que se tiene algún parecido, en realidad no se puede decir que son
completamente iguales. De hecho, lo evidente es que cada individuo es muy
distinto: hay serios y alegres, blancos y morenos, por no hablar de que unos
son mujeres y otros hombres, unos niños y otros adultos, en fin, lo que salta a
la vista no es la igualdad entre los seres humanos, sino las diferencias.
La igualdad como valor para la democracia
no se refiere a que todos los integrantes de una sociedad deben que ser
absolutamente iguales como objetos fabricados en serie. A lo que se refiere es
que, sin excepción, todos los seres humanos, sin importar las diferencias,
gozan de los mismos derechos por el simple hecho de ser personas: igualdad ante
la ley; igualdad para satisfacer necesidades básicas (físicas, afectivas,
culturales, etc.) e igualdad de oportunidades.
En la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos se reconoce la igualdad como una garantía individual:
En el Artículo 1° se establece que todo
individuo goza de las garantías que otorga la Constitución.
El Artículo 4° decreta que los miembros de
todos los grupos indígenas que existen en el país disfrutan de las mismas
garantías que el resto de la población y señala que hombres y mujeres son
iguales ante la ley.
En una sociedad democrática, los individuos
tienen una serie de derechos y obligaciones civiles, políticas y sociales. En
ese sentido, la igualdad radica en reconocer a todos los mismos derechos y en
aceptar que para poder gozar de ellos, se deben cumplir ciertas obligaciones.
EQUIDAD
Se
afirma que todos los seres humanos tienen derecho a un trato igualitario, pero
en realidad existen diferencias muy marcadas en las oportunidades para acceder
a servicios de salud, educación, vivienda y alimentación. En el ámbito
internacional, existen desigualdades económicas entre países, las cuales
generan problemas sociales como hambre, pobreza, deficiente asistencia médica y
educativa, entre otros.
JUSTICIA
A
lo largo de la vida, se tienen diferentes actitudes hacia los demás:
aceptación, rechazo, indiferencia, afecto, etc. Es frecuente preguntarse si las
acciones y formas de pensar personales están en lo correcto y, la verdad, casi
siempre se tienen dudas acerca de ello; es decir, no se está completamente
seguro de una actuación completamente justa.
La palabra justicia es empleada
frecuentemente, sin embargo, se emplea de modos distintos. A continuación se
presentan tres ejemplos de lo que los seres humanos han considerado justo en
diferentes etapas de la historia:
En
1792 a.C., Hammurabi (1800-1750 a.C.), uno de los monarcas de Mesopotamia,
mandó inscribir sobre una piedra un gran código con las leyes vigentes de su
tiempo. Una de las principales características de éste era la forma de aplicar
la justicia en casos de crimen. La legislación criminal se basaba en la
"Ley del Talión": Si un hombre destruye el ojo de otro hombre, se le
destruirá a él el ojo; si un hombre arranca el diente a otro hombre de su misma
categoría, se le arrancará el diente a él.
El
Corán (libro sagrado de los musulmanes) otorgaba a los hombres el derecho de
castigar a las esposas adúlteras. En caso de adulterio planteaba que,
cualquiera que acusara de este delito a una mujer, debía presentar cuatro
testigos, prueba suficiente para condenarla a sentencias tan severas como la
muerte.
RESPETO
Suele
decirse "igualdad para vivir, respeto para convivir".
Cada ser humano posee características
propias, personales; por ejemplo: de complexión gruesa o delgada; con nariz
grande, pequeña o mediana; también es un rasgo distintivo la forma de hablar,
caminar y de vestir; existe la propiedad privada y, también, los bienes de
todos los integrantes de la sociedad; se tienen gustos, ideas y preferencias
propias. En fin, cada uno es como es y tiene lo que tiene. Si alguien no
respeta la forma de ser o las cosas personales, seguramente se generará un
conflicto.
Para garantizar la convivencia se han
establecido una serie de normas; pero hay la llamada "regla de oro",
que consiste en "no hacer a otro lo que no se quiera que le hagan a
uno".
Lo anterior significa que respetar a los
demás es la base para ser respetados. El respeto es un valor muy importante que
consiste en considerar los derechos y la dignidad humana de los demás sin
importar sus características físicas o su forma de pensar.
TOLERANCIA
El
respeto es imprescindible para convivir de manera pacífica; sin embargo, no
siempre se respeta, principalmente cuando alguien no está de acuerdo con la
forma de pensar o actuar personal.
Los pequeños y grandes conflictos de la
humanidad han empezado, casi siempre, al no respetar las ideas de otros
(pueblos, grupos o personas), por condenar a quienes son diferentes, por no
aceptar que las diferencias son necesarias para el progreso y no
reconocer
que la diversidad es condición para vivir en paz con los demás y para que la
humanidad pueda desarrollarse.
A lo largo de la historia, los individuos
han manifestado intolerancia hacia quienes son diferentes por su color de piel,
religión, preferencias políticas, costumbres, nacionalidad o forma de pensar.
Tolerar es aceptar a quienes son
diferentes y respetar sus opiniones,
hábitos o costumbres. Es un valor de vital importancia que favorece una
adecuada convivencia entre los integrantes de la sociedad.
Las diferencias permiten el progreso, pero
pueden provocar conflictos. Una manera de evitarlos es el diálogo.
"Hablando se entiende la gente" dice un refrán popular. A través del
diálogo es posible conocer, comprender y ponerse de acuerdo. Sin renunciar a
diferencias personales, es posible tomar decisiones que beneficien a la
mayoría.
SOLIDARIDAD
"La
unión hace la fuerza", "dar una manita", "meter el
hombro", "jalar parejo", son dichos que se emplean para
referirse a la cooperación y a la solidaridad.
Se dice que lo importante no es ganar,
sino competir. Pero no es posible negar que, en la actualidad, los individuos
compiten con la finalidad de ser los mejores en los deportes, el trabajo, la
escuela, etcétera. La competencia proporciona, en buena medida, la motivación
para mejorar; pero puede conducir al egoísmo, a la falta de cooperación o a la
frustración y a olvidar que "la unión hace la fuerza".
Todos los días se viven conflictos y
situaciones en las que es necesario unir ideas, energías y responsabilidades
individuales con las del resto del grupo; esto es, se necesita actuar con
solidaridad.
La solidaridad significa identificarse con
otros, unirse a una causa, trabajar en equipo para satisfacer las necesidades
de todos los integrantes de una colectividad y
para
resolver los problemas que enfrentan. Esto es un acto libre, consciente y
voluntario, por ello se debe hacer de manera responsable.
Los retos de un grupo solidario son
mejorar las condiciones de vida de la comunidad, compartir los recursos y el
trabajo de una manera equitativa, ayudar a los demás cuando sea necesario, así
como solucionar los problemas y atender las demandas en conjunto.
RESPONSABILIDAD
Los
seres humanos son libres de elegir su forma de ser y vivir, sin embargo, al
hacer uso de esta libertad adquieren un compromiso: la responsabilidad.
Todos —hombres y mujeres— gozan del
derecho de actuar con libertad, pero también tienen la obligación de responder
ante las consecuencias de sus acciones.
Tal respuesta puede tener, al menos, dos
facetas. La primera tiene que ver con aceptar las consecuencias de la conducta
adoptada y responder ante los demás cuando quieran saber quién llevó a cabo las
acciones que fueron la causa de tales o cuales efectos, ya sean buenos o malos;
la segunda, consiste en ser capaz de dar razones cuando se cuestione por qué se
hicieron dichas acciones.
Si se tiene la capacidad para admitir la
responsabilidad personal ante las consecuencias, entonces se ejerce de manera
reflexiva la libertad.
Por tanto, actuar con responsabilidad
significa estar seguro de que lo que se hace es adecuado y no afecta a los
demás.
Es importante señalar que la
responsabilidad no se asume solamente ante los otros, sino ante uno mismo, esto
quiere decir que aunque no existan prohibiciones explícitas, si se considera
que puede afectar a quien actúa o a otros, se deben imponer límites de manera
personal ya que no puede haber reglas sociales para todo.
Conclusión
Para
fortalecer los valores no solo basta con invitar y concienciar al alumno sobre
la necesidad de actuar correctamente sino invitarlo a que mantenga su conducta
adecuada demás personas, es necesario además motivar a los estudiantes por el
estudio, prepararlos para la vida, para el trabajo, para el cambio y la
transformación, para lo cual es necesario argumentar, demostrar y persuadir,
desde la clase. Es por ello este modesto trabajo que como muchos espero que te
ayuden como alumno y si eres profesor no olvides poner las citas, esperando
también que te sea un auxiliar mucho éxito y adelante.
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